Bendito Infierno

 


El sol muestra lo mejor del día.

Con su reflejo podemos ver los pesares y también las muecas de sonrisas que no terminan en risas.-
Veo a la presidenta con su hija Florencia paseando por París.-
Misteriosas, con anteojos oscuros, las dos mujeres se mueven de manera segura, se ubican exactamente dónde deben y sonríen escasamente por algunos segundos.
Tras un acto realizado en la embajada argentina en París donde resaltaron los beneficios de realizar el Dakar desde nuestro país y reunirse en audiencia privada con el presidente francés para discutir lineamientos de la política mundial, la presidenta, relajada y animada se mueve exitosamente por esas tierras.
Alejada justo de la tragedia.
Tragedia que conmovió a los argentinos con un feroz choque entre trenes y un colectivo de la línea 92 dejando muertos, heridos, destrucción y sangre.
Nadie nos cuida, nadie parece entender la gravedad y la forma en que vivimos diariamente.-
El azar, junto al destino, marcan muestro existencia.
Ahora es tiempo de analizar y derivar responsabilidades, como cuando hay anuncio de tornado, sólo falta esperar que ocurra y sálvese quién pueda.
Ahí viajaba la gente que trabaja, la que, convencida que puede existir un mundo y un futuro mejor, toma el tren y el colectivo a las cuatro y media o cinco de la mañana y anónimamente hace lo que tiene que hacer.
Pero, no todos se comportan de la misma manera y ahí sí, el fantasma de la imprudencia y el desamparo dicen presente-
Quedaron muchas historias inconclusas. Hijos sin padres, sin madres, sin infancia, sin sueños.
Mucho dolor para olvidar.
Cuando la presidenta vuelva, por ahí, visitará a los heridos y el accidente pasará a engrosar la lista de los inocentes que estuvieron en la hora y lugar equivocados.

Publicado por Marcela Milone/ setiembre 2011

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