Artillería pesada

 



Hace exactamente ocho años, en las elecciones de 2015, yo escribía en éste blog lo perpleja que me sentía con respecto a la “agresividad de la militancia para conseguir votos”. (Leer el texto “Los volvimos locos a todos”.)

No recuerdo mucho que grado de agresión tendría la militancia macrista en ese momento, pero que corta, cortita me quedé con lo que estamos viendo por éstas horas. Febrero de 2024.

La comunicación elegida universalmente desde hace ya varios años es la que con sólo cuatro líneas podés sintetizar, resumir y comunicar un estado de ánimo o una información. Las redes sociales al alcance de todos, dónde se mezclan los ciudadanos comunes, los que estudiaron y saben un poquito de Historia, los que no estudiaron y no les interesa hacerlo, los niños, adolescentes, mayores, adultos mayores, célebres, delincuentes, gente de buen corazón, gente mala, gente que cuida y ama, gente innecesaria, gente poderosa, gente invisible.

Éste modo de existir tiene su lado oscuro, como todo en la vida. La fragilidad de usar las redes sin tener que dar muchas explicaciones es lo que se fragmenta por momentos en dos partes : los que no tienen mucho para explicar y los que quieren hacerlo pero no hay tiempo, porque lo único que no hay es tiempo. Ya se perdieron el decoro, el respeto, la sabiduría, la templanza,la amabilidad y el tiempo.

Ayer sucedió algo inédito sobre todo lo inédito que estamos viendo en las últimas semanas.

La ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello se sintió amenazada por algunos representantes de grupos sociales que fueron a pedirle que libere la comida, porque los comedores ya no tienen alimentos y cada vez hay más gente con ganas de comer. Entonces ella, un poco tensa, en un video de seis segundo pronunció: “Sólo voy a recibir a los que tienen HAMBRE si me dan el nombre, el apellido y el número de documento”. Sí, como leíste, tenés que ser pobre pero identificado sino no vale, no hay nada.

Apenas 24 horas después, los que tienen hambre fueron a verla y claro, se armó una extensa cola, porque hay hambre, y entre una cosa y otra, la fila ocupó 20 cuadras.

“Yo no dije que vinieran, no los voy a recibir”. Sí, claro, lo dijo, pero pensó creo yo, que los hambrientos no se le iban a animar.

 Luego de éste sugestivo momento, inapelable y cruel, ya se instalaba, porque una cosa tapa a la otra, que el presidente comenzaba su primera gira internacional, después de haber concurrido a Mar del Plata, beso mediante en el escenario mientras actuaba su novia, Fátima Flórez, en un vuelo COMERCIAL. Entonces la selfie del piloto del avión con carita feliz, con el señor de campera de cuero más la hermana, comenzó a circular y de los pobres con hambre no se habló más.   En unos días GRAN ENCUENTRO  con el PAPA.

El presidente argentino espero tenga algo para contestar ante la artillería pesada que lo espera en el Vaticano, ya que ahí se encuentra un señor que representa A 2.300 millones de cristianos en el mundo y una de sus luchas es la desigualdad que hay en la humanidad castigada y hambrienta.

También está invitada Sandra PETTOVELLO.

Aleluya.      

MM -  6 de febrero 2024

                 

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