Los niños no saben de ésta pasión, los adolescentes están más interesados por el archi- marketinero Che Guevara y a los jóvenes adultos poco o nada les importa demasiado. Pero a los peronistas….. a los sobrevivientes peronistas, ésta fecha no les es indiferente por varios motivos y razones.
Con Evita creyeron encontrar, al fín, la mirada y la atención de una todopoderosa mujer, que sabía y si no sabía aprendía.Pensaron que el lugar de privilegio adquirido y logrado gracias a ella, no se perdería jamás.Construyeron una relación de amor con Evita, parecido al amor mismo, pero diferente por lo inalcanzable y perfecto. Alcanzaron el respeto de los “otros” aunque sea por un ratito nomás y brillaron junto a los brillantes más deseados y polémicos que hubo en la historia del país.
En una ciudad pequeña y fría de la provincia de Buenos Aires, ayer 26 de julio, “las chicas” peronistas llevaron flores y las colocaron en un busto donde, elegante y erguida miraba “la mujer”.Los convocados llegaron a pie o en bicicleta, nada de micros, nada de banderas, nada de nada.
Sólo la presencia, el silencio y las ganas de recordar.Luego de un breve discurso y del canto obligado y sentido de la marcha, el acto terminó y la gente saludó al ex intendente peronista que por unos pocos votos perdió las elecciones el pasado mes de octubre.
Hacía frío en Benito Juárez y Julio Marini trató de consolar a algunos melancólicos que lo extrañan y le piden que vuelva a postularse en el futuro. El les prometió que lo va a pensar.