Sólo un niño concurrió al acto del día del maestro. Fue en la escuela especial Nª 517.
La nueva directiva del Ministerio de Educación para éste año dejó perplejos a maestros, niños y padres.
Resulta que por no se sabe que cuestión de disciplina, displicencia o que asunto quisieron arreglar desde el ministerio, que el acto tan esperado del año en las escuelas, el día del maestro, se realizó el viernes pasado sin clases, con el único objetivo de que el personal docente concurriera un par de horas a un acto con el único atractivo de recibir, en algunos casos, algún ramo de flores o algún beso especial con abrazo incluido.
En un establecimiento, dónde se respira el don de acompañar y proteger a los débiles pero fuertes de corazón, se realizó el acto, que supo contar con 16 docentes, una bandera de ceremonia sin abanderado y un discurso elaborado con palabras precisas y sinceras, llenas de vocación extrema y compromiso como razón de vida.
Juan Pedro llegó acompañado por sus padres. Agradecidos y entregados, lo ayudaron a avanzar entre sus maestras protectoras con su trípode, donde día a día apoya su anatomía con extrema dificultad pero con una sonrisa que derrite.
Hacia calor el viernes pasado, un calor como pegatina en el cuerpo, un calor que anunciaba una lluvia que estaba por aparecer.
Que habrá pensado el ministro de educación Mario Oporto y las autoridades correspondientes que decidieron casi sin previo aviso, realizar el acto un día anterior al festejo, sin día libre para los docentes y sí, un día libre para los alumnos?
Porque claro está, los alumnos tomaron el acto festivo como un pequeño regalo, los padres tomaron el día como una responsabilidad menos en la compulsa semanal y los únicos cansados y distraídos fueron los responsables de tal alboroto.
Pero todo esto a Juan Pedro no le importó. Y a sus padres tampoco.
El no entiende de circulares del ministerio, de horarios cortados y de poco sentido común.
El entiende, con sus poquitos años gastados y su sonrisa que sigue derritiendo, que esas mujeres todas imposibles y certeras lo quieren de verdad, lo ayudan día a día para que éste mundo difícil, complicado e denso sea para él un lugar de refugio y dulzura.
El acto del día del maestro, en la escuela N 517, terminó con una oración de la Madre Teresa de Calcuta. Toda una decisión.
Resulta que por no se sabe que cuestión de disciplina, displicencia o que asunto quisieron arreglar desde el ministerio, que el acto tan esperado del año en las escuelas, el día del maestro, se realizó el viernes pasado sin clases, con el único objetivo de que el personal docente concurriera un par de horas a un acto con el único atractivo de recibir, en algunos casos, algún ramo de flores o algún beso especial con abrazo incluido.
En un establecimiento, dónde se respira el don de acompañar y proteger a los débiles pero fuertes de corazón, se realizó el acto, que supo contar con 16 docentes, una bandera de ceremonia sin abanderado y un discurso elaborado con palabras precisas y sinceras, llenas de vocación extrema y compromiso como razón de vida.
Juan Pedro llegó acompañado por sus padres. Agradecidos y entregados, lo ayudaron a avanzar entre sus maestras protectoras con su trípode, donde día a día apoya su anatomía con extrema dificultad pero con una sonrisa que derrite.
Hacia calor el viernes pasado, un calor como pegatina en el cuerpo, un calor que anunciaba una lluvia que estaba por aparecer.
Que habrá pensado el ministro de educación Mario Oporto y las autoridades correspondientes que decidieron casi sin previo aviso, realizar el acto un día anterior al festejo, sin día libre para los docentes y sí, un día libre para los alumnos?
Porque claro está, los alumnos tomaron el acto festivo como un pequeño regalo, los padres tomaron el día como una responsabilidad menos en la compulsa semanal y los únicos cansados y distraídos fueron los responsables de tal alboroto.
Pero todo esto a Juan Pedro no le importó. Y a sus padres tampoco.
El no entiende de circulares del ministerio, de horarios cortados y de poco sentido común.
El entiende, con sus poquitos años gastados y su sonrisa que sigue derritiendo, que esas mujeres todas imposibles y certeras lo quieren de verdad, lo ayudan día a día para que éste mundo difícil, complicado e denso sea para él un lugar de refugio y dulzura.
El acto del día del maestro, en la escuela N 517, terminó con una oración de la Madre Teresa de Calcuta. Toda una decisión.
Publicado por Marcela Milone. setiembre 2010