Un poco de respeto ante nada. No hay nada mejor que ver imágenes de archivo
para entender por éstos días como llegamos dónde llegamos.
De todas maneras el cóctel de oportunistas está a la orden del día.
Mezclamos un poquito de democracia y de imágenes del presidente Raúl
Alfonsín con una pizca de entusiasmados candidatos triunfadores, más una marcha
en honor a la Ley de Medios y a Lorenzzetti, Presidente de la Corte Suprema de
Justicia de la Nación y como frutilla de la torta una tormenta que por primera
vez en la historia tiene nombre,” Berta”, que tarda en aparecer.
La provincia de Buenos Aires es la protagonista de la semana.
El gobernador Daniel Scioli sigue leyendo y analizando los números totales
del escrutinio electoral que como dagas le traspasaron las ilusiones y la
sonrisa que lo habían acompañado en las últimas semanas.
No puede disimular Daniel. Me gusta Daniel. No se permitió aplaudir al lado
del inaceptable presidente Amado Boudou ni se permitió tampoco improvisar un
discurso falaz lleno de algarabía y buenos augurios.
Pero las incógnitas estallan en la cara de todos y como la realidad está
escondida bajo siete llaves improvisemos un poquito:
Los intendentes de la provincia de Buenos Aires, piensan, hacen cuentas y
especulan sobre el futuro de sus intendencias y del armado político que los
puede llevar al éxito o al fracaso total.
Los ministros del gobierno de Daniel Scioli empiezan a armar las valijas
hacia el ostracismo total o al despacho de enfrente, “para muestra sobra un
botón” dice mi madre, y para el caso podemos recordar el escándalo que hicieron
todos con la llegada del intendente de Ezeiza, Alejandro Granados.
¿Dónde está ahora? En pocos días y con el delito instalado como una verdad,
tomó la posta el jefe de la policía bonaerense Hugo Matzkin para explicar la nada,
porque si lo observan bien, el enfrenta los micrófonos, ávidos de nuevas
noticias y los periodistas sólo consiguen las siguientes palabras: “Por ahora,
no puedo decirles nada, queda todo en manos de la justicia”. Un maestro, Hugo!.
Así se hace, calma a todos con la nada.
Por otro lado, tenemos a los nuevos triunfalistas del Frente Renovador,
seguros, regando de votos a los 135 ditritos de la provincia sin vergüenza.
Con la seguridad que da un triunfo de éstas dimensiones, el intendente de
Almirante Brown, Darío Giustozzi ya se imagina instalado en el despacho del
gobernador como gobernador.
Otros andan imaginando el sillón de Rivadavia como uno imagina si podrá
pagarse unas lindas vacaciones: Massa, Capitanich, Scioli, Domínguez y hasta
Zannini ¿Porqué no?.
La batalla empezó.
El derecho a éstos sueños se los otorga los 30 años de democracia.
Igual me quedé pensando en una imagen de archivo: el saludo de Italo Luder
a Raúl Alfonsín. Palabras sinceras, gestos cansados pero felices por ser protagonistas de tan
elevado acto de civilización-
Por éstos días nadie felicita a nadie.
Es una gran oportunidad, lástima que los nuevos políticos no lo registren.
Y como dice el libro de literatura infantil que leyeron mis hijos en 2º
grado” Los Grendelines”: “Adelante, adelante esto es tan divertido como un
circo y mejor que la televisión.
Yo sé leer las picardías que ella sueña (la autora) y les aseguro que
trabaja para que al ser hoy grendelines movedizos y hábiles no sean mañana
grandulones almidonados y torpes”.