Me relata mi amiga arquitecta, que trabajó para que el Centro Cultural
Néstor Kirchner se inaugurara en tiempo y forma (según el tiempo y forma que
maneja la Presidente) : "Con muchísima suerte, el día de la inauguración
llegué a la ballena, después de pasar por debajo de gradas camporistas,
atravesando obradores, esquivando cables de alta tensión, subiendo cinco pisos
de los de antes por escalera y pasándonos una única pulserita del color
indicado unos a otros. Como colados, practicamente".
Mejor reseña imposible, todo para la tele. Fuera de la tele, descontrol.
Fuera de la tele, nada.
Nadie como Cristina para intrepretar el poder de la imagen, más allá del
relato es la imagen que enloquece a éste gobierno.
Mostrar cinco minutos de" obra terminada" y cuatro minutos de
tanda publicitaria y así, simplemente, la Argentina renace, Cristina se
fortalece y todo vuelve a empezar.
En el otro continente, al mismo tiempo que se inauguraba el Centro
Cultural, detuvieron a algunos
dirigentes de la FIFA. Acusados por sobornos al por mayor, todo se sospechaba,
nadie hablaba. Porqué? Otra vez, la imagen y la publicidad en estado
infecccioso. Sólo importa los primeros planos de los lindos futbolistas y los
goles y la emotividad en "slow" (cámara lenta) de los abrazos, besos,
saltos perfectos y gambas perfectas. Pero ésta vez se pasaron de mambo, y
después de más de dos décadas, las primeras denuncias y algunos detenidos.
El poder de la imagen, un hincha de Boca, un humo impensado unos ojos
llorosos y zasss, hora y media de nada(señores entrados en kilos y jugadores
enojados e incómodos) si, media hora de nada pero el show debía seguir, la
tanda publicitaria también por lo tanto demoraron hora y media en suspender un
partido que se sabía a los cinco minutos que no se jugaría más.
No solamente hablo de futbolistas y de inauguraciones gubernamentales,
también podemos mencionar el caso Nisman: lo último del caso Nisman: un video,
sangre pisoteada, preguntas incomprensibles "( y si mejor nos fijamos por
si todavía está vivo? ") y la intimidad del muerto, violada, violadísima
hasta las entrañas de lo que supo ser el lugar privado del fiscal, su casa, su
lugar.
Por eso, más que nunca, la imagen devuelve todo lo que perdiste o te hace
perder en segundos todo lo que lograste.
El verdadero poder lo tiene la tanda publicitaria.
Tiene el mundo a sus pies. Nada importa más que esos venerados cuatro
minutos de tanda.
A buscar el mejor plano, la mejor sonrisa, las mejores lágrimas y tendrás
lo que deseas.
la manipulación de la imagen es altísima, pero no importa, el frente del
Centro Cultural, estaba terminado. Eso se muestra, no nos movemos de ahí! Las
gradas y los obreros terminando, no se muestra.
Fin de la toma, fin de la nota.