Sigo con la idea de que los números nos marcan, nos siguen y nos señalan, siempre.
Estaba tratando de imaginarme 649 soldados muertos.
Estaba tratando de recordar cuales eran mis sueños hace 30 años cuando estalló todo por los aires, la dignidad, el sentido común, la sensatez.-
Sólo recuerdo estar recortando de los diarios y las revistas, fotos de soldados con miradas tristes y desorientadas, la pegadiza marcha de Las Malvinas, sonando fuera de contexto, a las nueve de la mañana, en un pueblo-ciudad no acostumbrada a que pasen cosas fuera de lo común.
Esperar la llegada del tren con tantos soldados, chicos en realidad, que se demoraba en la estación por unos breves minutos, mientras los pueblerinos emocionados y con un cierto grado de asombro, entregábamos cartas, chocolates y también alguna sonrisa.-
Trataron de explicarnos en la escuela secundaria, dónde quedaban éstas islas tan lejanas, porqué tanto alboroto, porqué Argentina participaría en una guerra de la noche a la mañana y sobre todo porqué había que esperar al enemigo inglés si se animaba o no a venir para estos lados, que no eran mis lados, pero sí mi Argentina. Mi país.
Recuerdo que me ponía bien que todo esto que estaba por ocurrir fuera lejos de casa, el dolor y el frío se vería mejor por el único canal oficial que se encargaría de mostrar soldados esperanzados como jugando al juego del gato y el ratón.
Todo esto ocurriría en las primeras semanas de preparativos y espera.
Luego el horror.
Al mes, el 2 de mayo de 1982, el buque de la armada argentina General Belgrano, fue hundido con 1093 personas a bordo, 323 personas murieron, el resto de la tripulación permaneció en la soledad del océano esperando el rescate que se realizó un día después.-
Y llegaron las noticias, el dolor y el descontrol.
Perdimos una guerra, pero más que perder una guerra, perdimos jóvenes, muchos jóvenes que en ése momento estaban pensando en otra cosa. No estaban pensando en la muerte, porque con 18 años nunca se piensa en la muerte.
Los números nunca te dejan mentir.
Los números son exactos.
Nunca más… ni 30.000 mil desaparecidos ni 649 soldados muertos en una guerra.-
Demasiado dolor que no desaparece.
Publicado por Marcela Milone/abril 2012