Allá por el año 96 vino de visita a la Argentina Isabel Perón.Trajo
consigo, como ofrenda para el museo del General que se encuentra en la ciudad
de Lobos, el juego de dormitorio que había compartido con Juan Domingo en
Puerta de Hierro, Madrid, España.
En un verdadero acto peronista, con emoción y marcha incluída, me acerqué a
la habitación dónde estaba todo embalado aún y logré sentarme en la cama del
General.
Fueron algunos segundos que siempre recuerdo como casi los más emocionantes
de mi profesión periodística. Imaginarme su largo exilio, su cansancio, sus
promesas e ilusiones y sobre todo, el sueño de volver a Argentina a poner un
poco de orden y juicio.
Pero los sueños, sueños son y no hubo para él ni para la juventud peronista
un buen recibimiento, pero bueno, eso es otra historia.
El lunes pasado, con motivo de un nuevo aniversario del primer triunfo
peronista, estuve en un acto organizado por un dirigente político, Eduardo
Rubeo, cuyo abuelo, Toto Bianchi, caudillo de Ensenada en épocas dónde el miedo
y la ilusión por una Argentina mejor, despuntaba como un vicio necesario, sentí
la misma sensación de aquel día en Lobos.
El encuentro se realizó en la histórica casa del caudillo dónde las reuniones políticas eran algo cotidiano y
Perón y Evita se sentaban en la misma mesa dónde Rubeo, lleno de emoción,
contaba anécdotas y explicaba el sentimiento peronista y la causa nacional y
popular de los descamisados.
¿Habrá que volver a la fuente o habrá que adaptarse a los nuevos tiempos
dónde no se canta la marcha peronista, no se estudia ni se escucha el por qué
un General y una joven mujer revolucionaron un país con palabras y hechos
inolvidables.
Ayer, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner impuso a un radical,
Gerardo Zamora, en la línea de sucesión presidencial. No sabemos si por miedo,
por castigo o por ambas cosas, pero ésta decisión dejó boquiabiertos a
gobernadores y legisladores y ahora se espera el contraataque.
Perón no hubiera hecho semejante elección, Evita con su fanatismo, menos.
Comienza la carrera 2015. A apostar señores, lo mejor, está por venir.
Publicado en Infonoroeste/
febrero 2014