Ya sabemos que el cine y la música nos cambian la vida.
Ya sabemos que la vanidad de algunos es tan grande que con sólo leer medio
libro creen estar a la altura de las circunstancias y se atreven a discutir en
cinco minutos en algún programa de tele o radio , los 289 artículos del Código
Penal de la Nación sin ponerse colorado.
Salvo alguna persona que viva en el
Uritorco mientras hace un viaje a planos astrales y no se entera de nada, en la
Argentina se está emitiendo una serie en canal 9 “Escobar, el patrón del mal” y
resulta que así como así el narcotráfico, los sicarios, los ajustes de cuentas
y la metanfetamina son términos que llegaron para quedarse , y con ayudita de
la serie colombiana más de un funcionario tiene letra para exponer su visión
del tema y hasta dar clases magistrales
del asunto.
De pronto se mezcló todito: Pablo Escobar, un crimen en Palermo (a la
manera de la serie, en moto, todo rápido y con testigo custodiada en el
hospital) y el proyecto para reformar el Código Penal. Entonces Zaffaroni
Eugenio, juez de la Corte Suprema de la Nación, quedó cómo Pablo Ledesma
jugador de Boca Juniors, en el centro de la escena, dando demasiadas
explicaciones y soportante el embate mediático que sabemos, en éstos casos es
un poquito insoportable.
Por un dado, los alumnos de escuelas públicas de la provincia de Buenos
Aires sin clases, por otro lado la reforma del código penal, ¿con qué tema me
quedo?
La verdad, me aburrí un poquito de tanto malandra suelto, toma de predios y
tierras de nadie, narcotraficantes vip, contra narcotraficantes de las villas,
barras bravas que incendian y balean clubes y la inflación que apareció para
quedarse y quedarse y quedarse.
Por eso cuando pasé por la escuela de mis hijos para preguntar cuando
comenzarían las clases, una trabajadora de la educación me sonrió, dejó de escribir
me miró a los ojos y dijo: “Cualquier día de la semana del 17, se estiraron las
mesas de exámenes, volvé a preguntar tipo el 14”.
Me fui un poco desconcertada pero firme: “Esto también pasará”, como dice
Don Julio Grondona cuando las crisis y los malos tiempos se instalan como un
dolor.
Mientras tanto miro una película esperanzadora como es “La ladrona de
libros” escuchó al precioso de Lenny Kravitz en su más linda canción: Precious
love y espero paciente que los astros se vuelvan a alinear y como dice un viejo
adagio español “Que no nos dé Dios lo que somos capaces de soportar.”
Publicado en Infonoroeste/ marzo
2014