Ayer a la tarde le pregunté a mi hijo de qué se trataba el examen de historia que tan nervioso lo tenía.
El Renacimiento, me dice como al pasar y con un gran desánimo encubierto.Entonces agarré el libro “Saber es clave” de la editorial Santillana y me puse a leer que pasaba en el siglo XV en la Europa de la expansión y el desarrollo.
Repaso hoja por hoja y leo las nuevas formas de pensar y vivir en ésa época dónde los intelectuales pensaron una forma más humana y compleja a la vez.
El Humanismo, corriente del pensamiento que consideraba que el ser humano era la más perfecta creación de Dios y que podía dominar la naturaleza a través de la razón y la experiencia.
El arte del Renacimiento, dónde surgieron en la Italia del siglo XIV, los grandes y majestuosos artista que el mundo podría ver jamás.
El David, la Piedad y el Moisés de Miguel Angel, increíblemente perfectos con su belleza abrumadora.
Piezas de arte atacadas con martillos por personas que no soportaron tanta perfección y que optaron por hacer desaparecer, en un rapto de “perturbación mental”, dicho por la psiquiatra italiana Graziella Magherini.
Llego a la página dónde se piensa la obra más grandiosa del Renacimiento, la Basílica de San Pedro, leo sobre la nueva pintura de ésa época, que se caracterizó por el uso de la perspectiva y también releo sobre la creación de la imprenta y la revolución que instaló la multiplicación ilimitada de varios ejemplares iguales en poco tiempo.
Hoy leo los diarios “El debate sobre el ajuste en Europa quedó ayer en carne viva: tras el fracaso de los partidos tradicionales, una alianza de izquierda griega, intenta formar un gobierno”.
Europa desprestigiada, pobre y sin rumbo.
Peleas mayores en un continente que supo sacarnos la admiración más profunda y la contemplación de las grandes revoluciones de la historia.
Igual y por suerte, quedan los libros para volver a leer sobre la genialidad y la belleza en todo su esplendor.
Verdaderos héroes de carne y hueso, verdaderos héroes de otro planeta.
Publicado por Marcela Milone/mayo 2012